viernes, 20 de noviembre de 2015

LOS ÍBEROS

LOS ÍBEROS
INTRODUCCIÓN

Los iberos o íberos fue como llamaron los antiguos escritores griegos a las gentes del levante y sur de la península ibérica para distinguirlos de los pueblos del interior, cuya cultura y costumbres eran diferentes. De estos pueblos escribieron Hecateo de Mileto, Heródoto, Estrabón o Rufo Festo Avieno, citándolos con estos nombres, al menos desde el siglo VI a. C.: elisices, sordones, ceretanos, airenosinos, andosinos, bergistanos, ausetanos, indigetes, castelanos, lacetanos, layetanos, cossetanos, ilergetas, iacetanos, suessetanos, sedetanos, ilercavones, edetanos, contestanos, oretanos, bastetanos y turdetanos.
Geográficamente, Estrabón y Apiano denominaron Iberia al territorio de la península ibérica.



HISTORIA

Las fuentes clásicas no siempre coinciden en los límites geográficos precisos ni en la enumeración de pueblos concretos, parece que la lengua es el criterio fundamental que los identificaba como iberos desde el punto de vista de griegos y romanos, puesto que las inscripciones en lengua ibérica aparecen a grandes rasgos en el territorio que las fuentes clásicas asignan a los iberos: la zona costera que va desde el sur del Languedoc-Rosellón hasta Alicante, que penetra hacia el interior por el valle del Ebro, por el valle del Segura, gran parte de La Mancha meridional y oriental hasta el río Guadiana y por el valle alto del Guadalquivir.


Los íberos al sur de España

El recorrido cultural que se desarrolla en Andalucía le permitirá conocer el patrimonio arqueológico de origen íbero presente en la provincia de Jaén. La visita a lugares tan emblemáticos como la antigua ciudad de Cástulo o a centros como el Museo Provincial de Jaén nos mostrará la historia de los íberos que habitaron la zona del Alto Guadalquivir entre el siglo VII a.C. y el I a.C.

















Cerámica




La cerámica es el elemento más abundante que nos ha llegado de la cultura íbera. Además, a su durabilidad se une unas características físicas, formales y decorativas que nos aportan una información muy importante para situar tanto temporal como culturalmente un yacimiento y muy especialmente para datar los estratos en los que aparece. En la Península Ibérica, gracias a los fenicios, el paso desde la cerámica modelada a mano al uso del torno rápido se produjo a finales del siglo VIII a.C. Ambos tipos de producción fueron utilizados por la cultura íbera durante toda su existencia, limitándose la cerámica a mano casi de forma exclusiva para la creación de vajilla de cocina. Los fenicios también introdujeron el horno de doble cámara, que mejoró mucho la técnica de fabricación. Este horno tenía dos cámaras independientes: la inferior o de combustión era donde se quemaba la leña y la superior o de cocción era donde se colocaban las piezas cerámicas. Ambas cámaras estaban separadas por la parrilla, una superficie de obra perforada para facilitar el paso del calor.









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