Palmira fue una antigua ciudad situada en el desierto de Siria, (versión árabe de la misma palabra aramea "palmira", que significa "ciudad de los árboles de dátil"). En la actualidad sólo persisten sus amplias ruinas que son foco de una abundante actividad turística internacional. La antigua Palmira fue la capital del Imperio de Palmira bajo el reinado de la reina Zenobia, entre los años 268 - 272.
Palmira es considerada por la Unesco una reliquia única del siglo I a. C y una pieza de la arquitectura y del urbanismo romano, por las columnas de su famosa calle principal y el templo de Baal. En la antigüedad fue un santuario dedicado al dios Baal; fue ciudad griega.
Esta localidad es uno de los seis sitios sirios inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
DESTRUCCIÓN DEL TEMPLO BAAL
Baalbek en la antigüedad fue un santuario dedicado al dios Baal; fue ciudad griega.
La destrucción del templo se conoce cinco días después de que el Estado Islámico ejecutara al antiguo responsable de la Dirección General de Antigüedades y Museos en Palmima.
El Estado Islámico ha volado el bimilenario templo de Baal, uno de los emblemas de la antigua ciudad de Palmira
(Siria), declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Los
milicianos yihadistas del Califato, que conquistaron este oasis del
desierto hace dos meses y colocaron explosivos en el recinto histórico
greco-romano de la ciudad, cumplieron sus amenazas el pasado domingo de
dinamitar restos arqueológicos que tachan de “símbolos de idolatría
pagana”.



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